IoT – “Hacerlo digital, hacerlo programable y hacerlo inteligente“.
IoT – Los puntos de inflexión para el cambio a la era digital obligan a las empresas a adoptar nuevos enfoques con los que salir airosas del número creciente de riesgos que siembran el terreno tecnológico. Los jefes de las unidades de negocio de tecnología y directores de la información deben estar alerta para que estos puntos de inflexión no terminen por desencadenar fracturas si no se suben al carro de la innovación con verdadera empuje y determinación.
Visión de conjunto
Oportunidades y retos
En un contexto de cambios rápidos, las previsiones son un activo fundamental en la planificación estratégica.
La práctica generalizada es adoptar más rápido que nunca, tecnologías en otro momento fueron consideradas avanzadas y abrir la puerta a la innovación.
Dominar el cambio tecnológico es esencial para el éxito de las empresas modernas.
Las organizaciones conservadoras, generalmente huidizas a afrontar riesgos, deben aprender cuándo y dónde es necesario mostrar una postura tolerante ante los riesgos o cuándo es mejor dejarlo pasar.
“Hacerlo digital, hacerlo programable y hacerlo inteligente” implica la necesidad de un enfoque multidisciplinario para poder sacar partido a las tendencias tecnológicas, como el Internet de las cosas (IoT), los algoritmos y la inteligencia artificial.
Lo que debe saber
Para crear y hacer crecer un negocio digital:
Los directores de IT deben prepararse para el próximo torturadores de los riesgos empresariales y de IT, y del inminente incremento de los usuarios demandando cambios.
Los directores de IT deben probar estrategias y nuevos rumbos para sus negocios, mientras observan los futuros usos de la tecnología para orientar el aumento de los ingresos.
Los responsables de los planes estratégicos tecnológicos deberían revisar detenidamente todas estas previsiones para definir una base estratégica sobre la que hacer crecer el negocio. Deben admitir la evidencia de que el panorama está cambiando para los individuos, las empresas y las organizaciones de IT.
Estas previsiones resultarán útiles para que los jefes de IT revisen sus implicaciones en algunas de sus actividades empresariales.
Panorama ejecutivo
Predecir el futuro en un mundo de cambios rápidos es tan arriesgado como apostar en el mercado de valores. Los directores IT se la juegan porque deben tomar decisiones comprometidas con algunos planes tecnológicos que requieren de escasos recursos y fondos. Debido al ritmo rápido de la innovación, los jefes de IT deben estar alerta porque los puntos de inflexión para la adopción de las nuevas tendencias pueden desencadenar fracturas si no se suben al carro de la innovación con verdadera determinación.
Para la mayoría de las empresas y organizaciones de TI, las inversiones y otras decisiones empresariales de los próximos años tendraán que tomarse en un escenario de cambio continuo e importante disrupción tecnológica. Nunca ha sido tan importante como ahora poder anticiparse a estos cambios, y la disrupción predictiva es fundamental para trazar un plan estratégico.
Definición
La disrupción predictiva describe el estado de incertidumbre asociado al replanteamiento constante de expectativas sobre el futuro. Es habitual, en períodos de incertidumbre y transformación, y puede conducir a oportunidades nuevas o a paralizar a todo aquel que no esté preparado para responder a las tendencias del futuro.
Cómo la disrupción predictiva está entrando en la tendencia general
Las previsiones ayudan a las empresas enérgicas a predecir cuáles serán las siguientes disrupciones. Les permiten prepararse a nivel estratégico para los cambios previstos e imprevistos.
La adopción generalizada de las opciones tecnológicas digitales nuevas está cambiando el concepto de lo que vemos como “normal”. La mayoría de las empresas reconoce que el cambio continuo es ya inevitable. La dificultad última para estas empresas podría no estar en lo propensas que sean a los cambios, sino en su capacidad para cambiar al ritmo que impone el mercado. Por ejemplo:
Las empresas del sector de la energía llevan tiempo batallando con los retos de la adopción de los cambios. Continuarán afrontando un futuro turbulento de transformaciones, y deben adaptarse para sobrevivir y crecer. La digitalización está acelerando el ritmo de transformación del sector energético, a la vez que cambia el entorno empresarial en el que desarrollan sus actividades las empresas de servicios públicos. Para 2020, el 25 % de los sistemas de control y supervisión nuevos instalados en el sector de servicios públicos emplearán IoT para mejorar la capacidad de las empresas para actuar en función de un modelo de algoritmos.
La mayoría de los nuevos CRM se basan en la nube. Más de un tercio de los proyectos de análisis de datos, se centran en los datos de los clientes, con la mitad orientados a mejorar la experiencia del cliente. Habrá un aumento en el uso de la tecnología para mejorar estas experiencias.
En líneas generales, la presión es incesante y hay un giro hacia el uso de las nuevas tecnologías para formar las estrategias generales de las empresas. La nube, IoT, los algoritmos e incluso la inteligencia artificial son ahora desarrollos tecnológicos alcanzables, si bien antes se consideraban demasiado arriesgados para implantarse de forma generalizada.
Los clientes de tipo B y tipo C se ven forzados a tomar decisiones de tipo A
Podríamos describir distintos tipos de organizaciones: los tipos A, B y C.
Las empresas de tipo A son rápidas y decididas en la adopción de las innovaciones tecnológicas. Los clientes de tipo B son más recelosos y esperan a ver qué sucede con los clientes de tipo A. Los clientes de tipo C no son amigos de tomar riesgos y es poco probable que adopten cambios rápidamente.
Las empresas de tipo A son las que saltan por el precipicio y se las ingenian para sobrevivir a la caída. Aunque este coraje no siempre trae ventajas, en general, las empresas de tipo A se benefician por atreverse a cuestionar el “statu quo”. Las empresas de tipo B y C están aprendiendo de la determinación de las de tipo A, ya que los tiempos de reacción cada vez están más condicionados por las tendencias tecnológicas.
La rápida introducción de las nuevas tecnologías impacta en la sociedad y empuja a las empresas de tipo B y tipo C a actuar más rápido.
Los bancos, que suelen ser organizaciones de tipo B o tipo C clásicas, están asumiendo más riesgos y actuando más rápidamente. La razón es que los nuevos bancos con un modelo exclusivamente digital han anunciado sus intenciones de interrumpir las propuestas de valor y los modelos bancarios tradicionales con innovaciones disruptivas. Y la figura del “Robo-advisor” es una amenaza potencial al esquema tradicional de ingresos y de modelos empresariales de gestión de la riqueza.
La experiencia de los clientes y empleados son catalizadores para las nuevas opciones tecnológicas. Por ejemplo, los empleados se implican más si tienen autonomía en lo relativo a cómo, cuándo y dónde realizan el trabajo, uno de los dogmas del lugar de trabajo digital. De hecho, las organizaciones que apuesten por la cultura de “elige tu propio estilo de trabajo” (CYOW) incrementarán los índices de retención de empleados en más de un 10 %. Este enfoque ha pasado a convertirse en una práctica general.
Qué tendencias se generalizarán en todos los segmentos
“Hacerlo digital, hacerlo programable y hacerlo inteligente” debe estar en el radar empresarial en la era digital: son tres movimientos que todos debemos afrontar.
Hacerlo digital: es necesario crear conexiones digitales y generar información contextual sobre el mundo real. Podemos hacer prácticamente de todo en un activo digital. Y los activos digitales pueden replicarse o cambiarse más rápidamente que los físicos. Cuando las cosas son digitales, abrimos la puerta a todo un mundo para la manipulación de software.
El Internet de las cosas (IoT) está en lo más alto del ciclo de sobreexpectativas (pico de expectativas sobredimensionadas), y representa una gran oportunidad para que las empresas creen activos digitales. La clara identificación de los objetivos empresariales y una propuesta de valor transparente, son las claves para el valor empresarial del IoT; esto ocurrirá de diversas formas ya que el mercado de IoT se dirige hacia su madurez.
Hacerlo programable: los algoritmos y las API son los principales componentes de software. Ya que los activos digitales pueden controlarse, supervisarse por software e incluso transformarse por software, la naturaleza programable del software es fundamental. La ventaja competitiva está en capturar la propiedad intelectual exclusiva en los algoritmos y las API. No obstante, la integración puede ser compleja y requerir de personal calificado con amplios conocimientos de interfaces de aplicación y modelos de datos.
Aplicar analítica avanzada y aprendizaje de máquinas para la tarea de integración es un paso lógico y algo que los principales proveedores ya están realizando. Cuando todo queda accesible mediante API, integrado y programable, todo cambia.
Hacerlo inteligente: las expectativas que despierta la inteligencia artificial son cada vez mayores. Usar la inteligencia artificial para mejorar la toma de decisiones será la recompensa definitiva de todo lo digital. Los servicios de plataforma de inteligencia artificial coparán el 30 % de los ingresos de las empresas líderes del mercado.
Este tipo de previsión está en el centro de la disrupción y del cambio. Solo las empresas que deseen desmarcarse ignorarán esta previsión y a la competencia.
Publicado por: Roberto Fuhr