Voz amiga
Entrevista con Greg Tanner, director general de Vocollect Europe
El reconocimiento vocal, según Vocollect, no es tecnología de identificación, sino un instrumento extraordinariamente sencillo para aumentar la productividad. Y el éxito -cada vez mayor- logrado por la compañía confirma que, en este caso, no son meras “palabras”. Con una tasa de crecimiento anual de más de un 60% en los tres últimos años, Vocollect está en primera línea en el irresistible avance de la voz en aplicaciones de gestión de almacén. De ello habla el director general de la compañía, Greg Tanner, que comenta con gran entusiasmo su compromiso en dicho sector.
Tras veinte años de actividad en el campo de la identificación automática, Greg Tanner no siente ninguna nostalgia por el código de barras; es más, sin medias tintas, nos da a entender que considera haber llegado finalmente a su meta: la voz.
“El sistema vocal no es, como el código de barras, un sistema de identificación, sino un sistema para aumentar la productividad” comenta y, paradójicamente, añade, que “el código de barras complica, la voz simplifica”.
Las razones del éxito
¿Y de dónde surge esta capacidad? ¿Cuáles son, en opinión de Greg Tanner, las características más destacadas de un sistema de reconocimiento vocal?
“A diferencia de un sistema de respuesta automático, el sistema de reconocimiento está basado en las palabras y es “speaker-dependant”. El almacén es un medio ruidoso, donde cabe reconocer pocas palabras, pero todas al primer intento. Por lo general, no suele ser un problema cuando un sistema de respuesta pide repetir una frase: en un almacén, por el contrario, no es aceptable. Otra característica, la completa independencia del idioma y de la pronunciación: hemos equipado, por ejemplo, un almacén frigorífico en Alemania, donde no hay operarios alemanes, sino afganos, rusos, somalíes, que no hablan bien alemán, pero que nuestro sistema reconoce al primer intento”.Un mercado en evidente evolución.
En lo que se refiere a la evolución del mercado, la aceptación de dichos sistemas resulta especialmente buena en Gran Bretaña, y también en Francia: “los franceses son mucho más abiertos ante las nuevas tecnologías” explica Tanner. Una situación positiva, a pesar de un pequeño problema accidental: la sospecha que el sistema no entienda el idioma.
“En Gran Bretaña solía ponerse en duda que el sistema pudiera funcionar en inglés tradicional, considerando que había surgido en inglés norteamericano. Sin embargo, el sistema, merece la pena repetirlo, no depende del idioma: tenemos instalaciones no sólo en Gran Bretaña, sino también en Alemania, Francia, Holanda, Bélgica, y estamos por dar anuncios importantes en España y Portugal, además de en Italia. Nuestro reconocimiento vocal es, desde este punto de vista, “universal”: la única restricción es en la manera en que el ordenador traduce una entrada vocal en una serie de dígitos, un poco como los scripts para los programas, que han de traducirse a los diferentes idiomas”.
El porcentaje de almacenes que ya están utilizando el sistema aún es bajo, lo cual, según Tanner, cuantifica las actuales oportunidades de mercado. “Nuestra cifra de negocios en Europa en 2002 ha sido poco más de un millón de euros. En 2003 ha sido de 8,3 millones y en junio de 2004 hemos sobrepasado dicha cantidad. Sin embargo, a pesar de este crecimiento, estamos tan sólo arañando la superficie”.
No todos los almacenes son adecuados para esta tecnología: “El almacén ideal es donde se hace un alto volumen de picking, o bien donde se mueven pallets mediante carretillas. En este caso es mejor que el operario reciba las solicitudes de la radio y no del terminal, cuya posición está necesariamente descentralizada, lo cual lo obliga cada vez a mirar de lado, distrayéndolo de la conducción”.
Y, ¿por qué razón el mercado de las tecnologías vocales está aumentando, ahora, a esta velocidad: por un tema de aceptación por parte de los usuarios, o por qué tan sólo ahora la tecnología empieza a funcionar bien? “No cabe duda que por la primera razón” contesta Greg Tanner “si bien aún no hemos terminado, ni terminaremos nunca, de mejorar. El Talkman ahora es indudablemente lo mejor que puede ofrecer la tecnología, a pesar de ello contamos con invertir un 18% de nuestra cifra de negocios en I+D. Una cantidad importante, considerando que nuestro volumen de negocios en 2003 ha sido de 43 millones de dólares”.
Cada vez más a menudo se habla de RFID combinada con el reconocimiento vocal, y viceversa.
De hecho se trata de dos tecnologías complementarias.
“El código de barras y la RFID son vehículos que sirven para identificar y trazar. La voz no identifica ni traza: ordena. Es como si un supervisor amigo estuviera siempre detrás del operario, y no para destacar sus errores sino para guiarlo en su trabajo. El operario, por su lado, sigue normalmente con los gestos relacionados con su trabajo, sin preocuparse por llevar consigo terminales o lectores para identificar los objetos. Evidentemente, puede haber errores porque la identificación está completamente encomendada a la persona.
Lo cual destaca las potencialidades de la combinación voz /RFID: pensemos, por ejemplo, en un wearable-computer con funcionalidad doble voz/RFID. Con un mando vocal puede dirigir la persona hacia un lugar concreto para realizar la toma de un objeto, cuya identidad la comprueba automáticamente un lector RFID”.
Además – lo cual confirma dicha sinergia –Jack LeVan, nuevo CEO de Vocollect, procede precisamente de una empresa de la RFID, sabiendo perfectamente cómo aprovecharla en el mejor de los modos.